jueves, 29 de junio de 2023

UN POEMA COMO UN PAÍS

Un poema como un país

que el sentimiento sea el pan nuestro

y que la furia venga desde adentro

una semilla que incendie el congreso

y que explote en palacio de gobierno


la sangre del pueblo tiene rico perfume

y una revolución de polleras y ponchos

la sangre del pueblo siendo río profundo

ahogando cachacos lo mismo que a tombos


un poema como un país

una bandera negra como vestimenta

y una arenga por cada voz que ya no se escucha

parida desde la raíz que sabe a rebeldía

de los que resisten, arden y luchan


la rabia germinando entre puños alzados

porque esta tierra es más que balas en llamas

la rabia germinando como flores de retama

que brotan entre cartuchos, gases y llanto


y este país

de los hijos del sol

como un poema de líneas sagradas

renacerá de las cenizas

mañana.

lunes, 15 de mayo de 2023

HAY ALGO DE VAINILLA EN EL MAR (Fragmento)

Las gaviotas no vuelan de noche, se quedan en alguna peña rezándole a la luna. Hoy, la fiesta era en tinieblas y repartía un cosquilleo en los dos cuerpos. Una diáspora de libido recorría el mundo que se abría en sus labios. Unos con otros se bañaban en saliva mientras esperaban que la daga sea espada. Hacía un par de horas había tomado la decisión de dar un paseo por el malecón mientras la brisa era abrazo templado. Había empezado esta aventura acaso incierta con la esperanza de quedarme dormido en algún rincón y no volver a casa. Esta noche la idea del crepúsculo era una justa necesaria: la corona de la reina. Al levantar la mirada solo veía un beso salino, frío y vigoroso, como el mar.

A lo lejos, dos sombras que antes habían danzado en puntillas en la orilla, a la vista de un sol que agonizaba, encaminaron sus huellas hacia las afueras del puerto. El sunset fue devorado por un bólido azul salpicado de estrellas y decorado de luz fosforescente. Un marco perfecto para que la charla inocente sea asaltada por el primer beso. Ambos se acercaron, entre caricias y muestras de azúcar, y los segundos simplemente no bastaron para atesorar en su regazo tantos abrazos. El siguiente paso: los cuerpos, enormes, envueltos en arena, desnudos.

Un ser sobre otro. Alma sobre alma. Se mecían como orientados por una fuerza desconocida que provenía de la luna. Par de lunáticos que parecían androides desarrollando sus movimientos mecánicos por obra y gracia del sexo. “Cuando vivamos en París quiero una casa bonita, con una gran ventana desde donde pueda ver la torre Eiffel, por favor”, dijo alguien. No le quedó más que asentir con la cabeza y soltar un suspiro. Volvieron a empezar. Las yemas de los dedos eran fieras que recorrían cada milímetro de piel. La carne se estremecía y la noche acaecía.

“Estoy tan feliz que podría morir aquí mismo y aún después de muerto estaría feliz”, se escuchó, entre gemidos. Dos velas incendiándose de espuma en medio de la oscuridad y dos corazones salivando por una anhelada muerte. Ahí se hacía el amor y aquí la envidia. Dos perros sueltos que se evaporaban con el viento marino, hambrientos de sí y del otro, se revolcaban en sábanas de arena. Morían y volvían a vivir, todo al mismo tiempo. Emergían entre las orillas y rodaban, uno encima del otro, hacia las olas que dejaban sus burbujeos dibujados en el reflejo de la luna.

Harto de mí y de la suerte que me cobijaba este día, intenté acercarme para ver si tal escena era real. Si tan solo pudiera tocar los cuerpos y sentir tal goce y tal espasmo. Me hundí en la arena hasta sentirme parte de ella y avancé, sigiloso, para no ser descubierto por la pareja.

viernes, 28 de abril de 2023

ORBITANDO

Orbitando

             fluyendo

                         habitando

                                      gimiendo

                                                 fumando y llorando. Sí: viviendo.

jueves, 2 de marzo de 2023

BOMBA PAZ

Últimamente sueño que me estalla una bomba en la cabeza. No se lo digo a nadie. Callo. Callo con la esperanza de que no suceda nunca. Debo estar loco, pienso. Luego despierto del letargo y me repito que tal vez no sea del todo malo. ¿Y si una bomba está alojada en mi cabeza y de la nada... estalla? Lo primero que calculo es que, en este preciso momento en el que me encuentro de vacaciones con la familia, el que estalle una bomba en mi cabeza sería criminal. Por decirlo menos. Todos estaría muertos. Mucha locura. Los quiero. Los amo. No quiero que estén muertos. Quiero que vivan. Lejos de mí, pero que vivan. Nuevamente alucino con el momento de la bomba estallando en mi cabeza. Si eso sucede ahora sería una locura. Un crimen. Necesito irme lejos. Acaso al desierto. Que no bosque porque hay muchos seres vivos en los bosques. Necesito un desierto. Ahí la bomba estallaría en paz. Mi cabeza explotaría en paz. Yo moriría en paz. Me iría lejos, tan en paz, tan en paz. Últimamente sueño que me estalla una bomba en la cabeza. Una bomba de paz.